Explorando la Espera

Los territorios de la espera

"El tiempo, el espacio, la ilusión, el hallazgo, el contexto, la impaciencia, la sorpresa, el desafío, la apertura, la observación, el registro… son algunas de las atribuciones que connotan a la espera ,pero aquella  acepción referida  al “tiempo” parece la más representativa. La condición de espera emerge entre un momento y otro, entre una circunstancia y otra instalándose entre medio con carácter transitorio conformando una secuencia:  el antes, el mientras y el después.

Durante esa instancia transitoria y desconocida surgen no pocos interrogantes que ponen en cuestión absolutos y certezas mientras se captan señales, percepciones y se agitan diversas emociones. La espera rasga, destapa, perfora, interpreta y revela, algo así como las acciones que atañen al mundo de arqueólogos y antropólogos.  Arrojados al universo de los sentidos y de las construcciones racionales advertimos que el esperar opera  dentro de  un territorio que evidencia mundos ocultos e ignorados. Mientras dura esa palpitante permanencia vivimos ineludiblemente la experiencia del tiempo finito e infinito, un claro contraste entre el pasado y el registro de un porvenir sostenido por esa oportunidad amorfa, fortuita, imprecisa que promueve la ilusión y el descubrimiento.

Suele también entenderse a la espera como un acercamiento poco grato con uno mismo, semejante al del encuentro con la hoja en blanco, donde prevalece un modo de estar entre tinieblas, de la mano de la incertidumbre y de las vacilaciones pero donde conjuntamente se abre  una dimensión en la que  asoman presunciones y datos para  articular memorias. Ese apasionado paréntesis que determina la espera  aloja un sinnúmero de hipótesis atentas a ser validadas o no en un próximo momento.

La pregunta que vale hacerse en la actualidad  es, como custodiar y proteger la magia de la espera en un mundo que fomenta la inmediatez y obtura el encanto de la pausa."

Arq. Myrna Liniado